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Para los café-adictos, las jarras personalizadas son el accesorio definitivo, ya que permiten a los bebedores de café empedernidos obtener su dosis de cafeína diaria, sino que también permiten mostrar nuestra personalidad, sin olvidar que pueden ser el recipiente perfecto para mantener nuestra bebida más tiempo caliente. Las tazas de café pueden tener un nombre impreso o soportar un diseño más complejo con vivos colores, se pueden personalizar con el logotipo de una marca, el nombre de un restaurante o un mensaje corporativo.
Sí los amantes del café se cuentan por millones, lo cual hace que el café sea uno de los bienes más preciados del mundo. Se ha convertido en una industria multimillonaria, que permite a cualquier negocio relacionado con el café poderse dar a conocer mediante el uso de jarras y tazas personalizadas.
Las jarras para café en general han existido desde hace muchos años y han evolucionado, en el mercado de hoy en día las podemos encontrar en una gran variedad de materiales y diseños, siendo la herramienta indispensable para mantener calientes las bebidas como el café.
Un bebedor de café suele tener unas 3 jarras de café para el día a día, por lo general suele tener una en casa otra en el trabajo y otra en el coche. Esto se debe a que son los principales lugares donde disfrutamos de la cafeína, por este motivo es muy importante contar con un recipiente que pueda mantener el café caliente durante horas, al mismo tiempo que no cambie su aroma y sabor.
Los materiales más comunes en que podemos encontrar estos recipientes para el café, suelen ser de plástico en el exterior y cristal en su interior para mantener caliente el café durante horas, el acero inoxidable no tan efectivo para mantener el café caliente, pero si muy resistentes y el caucho, quizás el recipiente más equilibrado de todos, ya que son resistentes y mantienen el café a su temperatura durante un largo periodo de tiempo.
El café es 98% agua por lo que sólo tiene sentido utilizar agua filtrada. Si utiliza agua del grifo, tenga una botella guardada en el refrigerador. Si hay algunos sedimentos o impurezas, que se depositan en el fondo del agua más fría, ya que la mejor temperatura para preparar el café es de entre 95 y 115 grados C. Pero cuál es el motivo principal de utilizar el agua fría si el café se sirve caliente, pues bien si conservamos el agua fría evitaremos que esta se estropee y adquiera mal sabor además al estar fría ayudamos a que los residuos que pueda tener se depositen en el fondo de la jarra donde la tenemos, evitando que pasen a la cafetera.
Evite el uso de café molido si es posible. Los aceites saborizantes se evaporan rápidamente después de que el café se muele, dejando el sabor rancio o débil. Piense en cuánto tiempo puede pasar el café en una bolsa molido, ya que este por lo general se guarda en los estantes de los comestibles. Trate de usar café en grano y molerlo en el mismo momento en que se va a utilizar. Si está utiliza una amoladora de lámina de café preparado, debe moler los granos unos 15 a 20 segundos. Un molinillo debe tener un ajuste para conseguir el tamaño de grano óptimo para la preparación.
Un lugar térmico es ideal y la mejor manera de almacenar su café. Guarde su café en jarras para café especialmente diseñadas para ello, no utilice cualquier recipiente que tenga a mano, lo mejor es que este recipiente o jarra sea térmico, esto quiere decir que aguante el calor del líquido que se introduzca en su interior, conservando los aromas y la temperatura, este recipiente de be poder cerrarse o sellarse, si usted recaliente el café una vez echo este perderá el aroma y su estupendo gusto por uno más parecido al quemado.